El Gobierno de Aragón calcula la huella de carbono de 12 edificios públicos para minimizar su impacto en el clima
El Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Cambio Climático y Educación Ambiental, calcula la huella de carbono generada en 2022 de 12 edificios públicos. Se trata de una acción con la que, consciente de su corresponsabilidad en el cuidado del planeta, busca minimizar el impacto que su actividad tiene sobre el clima. Para ello, el cálculo se inscribirá en el Registro de Huella de Carbono de la Oficina Española de Cambio Climático, además de ser sucedido por la implementación de planes de reducción de emisiones.
Todos los edificios seleccionados son de carácter público y están ubicados en las tres provincias de la comunidad. De modo más concreto, lo inmuebles son: el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, el Centro Artesanía de Aragón, la Casa Amarilla, el edificio Pignatelli, la sede del Gobierno de Aragón en la Plaza San Pedro Nolasco de Zaragoza, el IES Rodanas de Épila, el IES Torre de los Espejos de Utebo y la Residencia Juvenil Ramón y Cajal de La Almunia, todos ellos en Zaragoza; el Centro Salud Pirineos en Huesca; y el Centro de Innovación en Bioeconomía, la Delegación Territorial Gobierno de Aragón en Teruel y la Oficina Delegada Gobierno Aragón en Alcañiz, en la provincia de Teruel.
La importancia de medir para reducir
El cálculo de la huella de carbono permite cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero que son liberados a la atmósfera como consecuencia de una actividad determinada. Esta cuantificación permite tomar conciencia del impacto que genera dicha actividad en el entorno. Se trata, así pues, del primer paso en el camino de la mejora y el compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que no se puede actuar sobre lo que no se mide previamente.
Esta acción se enmarca dentro de la Estrategia Aragonesa de Cambio Climático (EACC 2030), consecuencia de la firme adhesión del Gobierno de Aragón al Acuerdo por el Clima. En ella, se concreta que es responsabilidad de esta institución acompañar y ayudar en el proceso de ajuste al clima actual y al venidero, y prevenir sus efectos, así como debe ser elemento tractor de los cambios; y el cálculo de la huella de carbono responde a este fin. Asimismo, permite avanzar en la descarbonización y mejorar la adaptación al cambio climático de los pueblos y ciudades.
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