Estamos en una situación de emergencia socioambiental y, por lo tanto, se requieren acciones urgentes y contundentes -desde el punto de vista de la eficacia y el alcance de los cambios- para evitar, en lo posible, los daños y para minimizar sus consecuencias en términos de sufrimiento humano. ¿Qué sucede entonces cuando una parte importante de la población no es consciente de esta coyuntura? ¿Qué hacer cuando otra parte de la población cuenta con información, pero no se ve capaz de actuar, no sabe cómo o piensa que lo que puede hacer no será suficiente para amortiguar los impactos previsibles?